Diario de Noticias.Nueve siglos de la ermita desojana de Villanueva.

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Sábado 10 de Junio 2017. Diario de Noticias

DESOJO. Las primeras noticias sobre Villanueva son de 1117 por el fuero del rey navarro, Sancho el Sabio, que concede a los pobladores del Castillo y Plano de Los Arcos. En 1350 Villanueva contaba con 6 fuegos y 4 de labradores. Más tarde, en 1366 fue aldea de Los Arcos y en 1534, según El Padre Clavería, se despobló por la peste y desde entonces es una ermita de Desojo.

Al acercarse el aniversario de los 900 años, Victoriano Pérez Lanz e Hipólito Yániz Eguilaz, en su afán por recuperar el patrimonio cultural y la memoria de los antepasados del pueblo, comenzaron con una frenética actividad. Con la ayuda de muchos desojanos, se adecentaron los aledaños y accesos y se restauró y pintó la fachada. También se llevó a cabo la recuperación de la pila bautismal y el regreso de la imagen de San Miguel a la ermita, después de pasar unos años en la parroquia de Desojo. Los autores consideraron que, a pesar de la devoción de los desojanos, no había representación suficiente. Por eso, durante este año, se han publicado estampas, carteles, postales, pañuelos y trípticos con el grabado de la imagen de la Virgen de Villanueva.

Y llegó el 27 de mayo de 2017, día de la celebración del IX centenario: A las 7 de la mañana ya había desojanos preparando la infraestructura para la comida. A las 8.00 horas, recorrieron las calles cantando la aurora a la Virgen y, después, tomaron el merecido desayuno. A las 11 se dirigieron hacia la ermita en procesión (2100 metros) para celebrar la Eucaristía, concelebrada por rector del seminario de Pamplona, Mikel Larrambebere y el sacerdote de origen desojano, Vicente Azcona. Fue muy emotiva, cantada por el coro de auroros local y con la ermita y los aledaños a rebosar. Terminó con unas charlas sobre la historia de Villanueva, recital de poesía a la Virgen y descubrimiento de la placa conmemorativa de los 900 años de la mano de Sara Lanz y su bisnieta Ixone.

El colofón de la fiesta fue una espléndida paella para 315 comensales, cuyos cocineros fueron felicitados por todos. No faltaron todo tipo de dulces: buñuelos, tarta, torrijas, leche frita, 10 kilos de tortas de San Blas, galletas etc. La velada fue acompañada por la música del grupo “Los Gavilanes”, el humor, las jotas y bailes de los animosos desojanos. Incluso se acercaron a la celebración desde Cádiz, Barcelona, Zamora o San Juan de Puerto Rico.

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